A aquellos bienes y servicios que, en sus comunicaciones comerciales (tanto en sus mensajes publicitarios y promocionales como en su etiquetado), pretenden aportar supuestos beneficios para la salud de las personas consumidoras y usuarios sin contar con evidencia científica, ni con acreditación o autorización por parte de las autoridades sanitarias que justifiquen dichos beneficios,
Los “productos milagro” se ofrecen en ámbitos tan diferentes como el del adelgazamiento (sin tratarse de productos dietéticos); las dolencias articulares, musculares u óseas; los problemas de sueño y de concentración; la alopecia y el envejecimiento; el rendimiento físico y sexual, etc. E incluso se predica dicha utilidad en relación a enfermedades diagnosticadas, algunas de extrema gravedad.