Existen diferentes iniciativas para evaluar objetivamente la naturaleza de los alimentos, con el fin de ofrecer a las personas consumidoras y usuarias información suficiente sobre los productos de comida y bebida, y favorecer así su toma de decisiones en favor de unos hábitos de alimentación saludables y de la lucha contra el sobrepeso y la obesidad,

Puede considerarse pionero en este ámbito el sistema Nova, creado en 2010 por la Universidad de Sao Paulo, que clasifica lo alimentos en cuatro grupos atendiendo a su grado de procesamiento.

  • Alimentos no procesados o mínimamente procesados, como frutas y verduras frescas o congeladas, legumbres, carne de vacuno y aves, pescado, huevos, leche, yogur natural, arroz, pasta, harina de maíz, café, té, hierbas y especias.
  • Ingredientes culinarios procesados, como aceites de cocina, mantequilla, azúcar, miel, vinagre y sal.
  • Alimentos procesados elaborados combinando alimentos de la categoría 1 con los ingredientes de la categoría 2 y conservándolos o modificándolos con métodos relativamente sencillos como el enlatado, el embotellado, la fermentación y el horneado. Este grupo incluye el pan, la mayoría de los quesos y las conservas de verduras, legumbres y pescado. Estos alimentos pueden contener conservantes que prolongan su vida útil.
  • Alimentos ultraprocesados elaborados con métodos industriales y con aditivos como aromatizantes, colorantes o emulgentes para hacerlos más sabrosos y apetecibles. Los son, entre otros, los refrescos azucarados, las bebidas energéticas, las patatas fritas, las golosinas, los yogures de sabores, la margarina, las salchichas, las comidas preparadas, los embutidos, el pan de molde, los cereales de desayuno,

Muy conocido es el sistema Nutri-Score, un “semáforo nutricional” voluntario que califica los productos de más a menos saludables (de la A a la E y del verde al rojo) y lo plasma en una etiqueta frontal. De acuerdo con los criterios de este sistema, Los alimentos con A y B se consideran sanos, aunque el hecho de que se concentre en los nutrientes y no tenga en cuenta el grado de procesamiento ha generado diversas polémicas en las que sus críticos destacan que ofrece un tratamiento favorable de determinados alimentos considerados generalmente como poco saludables. Y señalan también que la industria alimentaria puede conseguir “blanquear” alimentos insanos añadiéndoles fibra o proteínas.

Cabe mencionar también los perfiles nutricionales contemplados por la OMS para la Región Europea según la cual existirían cinco categorías de productos que no podrían ser objeto de comunicación comercial, independientemente de su contenido en nutrientes:

  • Productos de confitería de chocolate y azúcar, barritas energéticas y coberturas dulces y postres.
  • Pasteles, galletas dulces y productos similares de repostería.
  • Zumos
  • Bebidas “energéticas”
  • Helados

Para el resto de los alimentos y bebidas, se establece un límite de contenido en nutrientes por cada 100 gramos, de modo que podrían anunciarse siempre y cuando las grasas totales y saturadas, el azúcar total y añadido y los niveles de sal se mantengan por debajo de los límites establecidos para cada producto.

La OMS no aplica ninguna restricción a la publicidad de frutas, verduras, hortalizas y legumbres frescas o congeladas, ni a la de carne, pescado o huevos frescos o congelados, cuya publicidad, por tanto, y en principio, tampoco tendría límites.

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